Conocer las señales que emite una persona que sufre de depresión es clave para ayudarla.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada 20 argentinos sufre depresión y no todos son atendidos en forma adecuada. Existen señales sutiles - palabras, gestos, actitudes y signos físicos- que delatan ese estado de profunda tristeza que en casos extremos puede llevar a padecer enfermedades - infarto, ACV y deterioro cognitivo temprano) o generar ideas suicidas. La revista Clinical Psychological Science presenta una serie de pautas que ayudan a saber si una persona cercana sufre de depresión. La clave radica en observar y aprender a descifrar esas manifestaciones. Estas señales fueron elaboradas estudiando a más de 6400 personas que escribían en foros de salud mental.
- Utilizan recurrentemente palabras negativas: “soledad”, “tristeza, “miedo”…
- Se quejan de todo. No pueden ver el lado positivo de nada.
- Expresiones como “Siempre”, “Nunca”, “Esto no tiene solución”, “No hay esperanza” “Nadie me comprende”, forman parte de su lenguaje habitual.
- Pronombres. Usan más pronombres en primera persona del singular -como "yo" y "me"- y pocos de segunda y tercera persona -"ellos" o "ustedes"-. Este patrón sugiere que las personas deprimidas están demasiado enfocadas en sí mismas; poco conectadas con los demás. Experimentan una gran soledad y están inmersas en sus pensamientos.
- La presencia de este tipo de palabras en el discurso cotidiano refleja una visión del mundo en blanco y negro. La persona con depresión no encuentra alternativas porque el trastorno le impide pensar en términos amplios.
- Cae siempre en las mismas conversaciones, reitera las mismas ideas negativas, las mismas dudas y obsesiones. De nada sirve pedirles que no lo hagan o que piensen en otras cosas. Sencillamente no pueden.

Síntomas físicos
- Fatiga. A todos, de vez en cuando, nos cuesta levantarnos a la mañana, pero en las personas deprimidas esa sensación no desaparece. Lo que ocurre es que quien sufre de depresión tiene dificultades para conciliar un sueño reparador. La falta de energía puede ser tal que las labores cotidianas se convierten en una misión titánica.
- Poca tolerancia al dolor. La depresión afecta el efecto de los neurotransmisores sobre la tolerancia al dolor físico. Un estudio de la Universidad de Oxford arrojó que el umbral del dolor en las personas deprimidas es menor, por lo que experimentan más dolor ante los estímulos.
- Dolores musculares. Otro estudio (Universidad de Toronto) muestra una relación directa entre depresión y dolores de espalda. Las cargas emocionales mantenidas durante un largo periodo pueden causar dolor crónico (somatización). Además la depresión causa una respuesta inflamatoria en el organismo, lo que originaría molestias musculares, tanto en la espalda como en todo el cuerpo.
- Dolor de cabeza. El dolor de cabeza vinculado a la depresión suele sentirse como una sensación de palpitación leve alrededor de las cejas. Los medicamentos habituales para el dolor de cabeza sólo brindan alivio momentáneo.
- Problemas intestinales. Investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard aseguran que los retortijones, calambres abdominales, náuseas e hinchazón abdominal son signos de mala salud mental. Es probable asimismo que las personas con depresión sufran de constipación o el síndrome de intestino irritable.
- Insomnio. La alteración de los ritmos del sueño es otro de los síntomas físicos de la depresión. Es habitual que una persona con depresión padezca insomnio, que no logre dormir demasiadas horas seguidas y que se despierte con frecuencia. No descansa realmente. En general las dificultades para dormir se originan en la dificultad para desconectarse: el cerebro no logra relajarse lo suficiente.
- Dolor en el pecho. Depresión y salud cardiovascular tienen un vínculo muy estrecho. Un estudio de la Clínica Mayo (EE.UU.) revela que las personas con insuficiencia cardíaca que sufren depresión severa o moderada tienen cuatro veces más riesgo de muerte prematura comparativamente con los que tienen enfermedad cardiovascular pero no sufren de depresión. Es un hecho que tanto la ansiedad como la depresión afectan el ritmo cardíaco, aumentan la presión arterial, elevan los niveles de insulina y colesterol y suben los niveles de las hormonas del estrés. Por eso, en muchos casos el dolor en el pecho y las palpitaciones son un síntoma físico de la depresión.


Es importante advertir que no todas las personas experimentan la depresión de la misma manera; sin embargo ante la menor duda, es fundamental buscar ayuda profesional, debido a que cuanto más tiempo pasa, esta enfermedad es más difícil de erradicar. Para poder intervenir, es vital estar atentos a las señales descriptas, ya que –por ejemplo en el caso de niños y adolescentes- a veces se pueden confundir ciertos de los signos detallados con características de la edad. Corresponde a un especialista discernir si se está frente a un cuadro de depresión o no.
Fuentes: Rincón de la psicología, Muy interesante y La mente es maravillosa.
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