Por: Adriana Felici (Periodista - directora sección En Familia)
Los de la generación de los '50 hicimos un culto al poema de Khalil Gibran: “Tus hijos no son tus hijos… No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen…”. Pero cuando deciden emigrar, al diablo la poesía y comienza la lucha con nosotros mismos para aceptarlo. Porque… diga lo que diga el poema… cuesta dejarlos volar, ¿no?
Movilizados
La Lic. Sol Altamira, psicóloga de Nuevos Tiempos, señala: “Cuando los hijos emigran, a los padres se les plantea un debate entre la crisis del nido vacío y los órdenes del amor. Apoyarlos y acompañarlos trae una mezcla de sensaciones, emociones y sentimientos. Al principio uno ayuda en las tareas y rituales: trámites migratorios, pasajes, papeleo, mudanza, movilización de objetos que quedarán guardados hasta que vuelvan a buscarlos o se decida qué hacer con ellos… Son situaciones estresantes y movilizadoras que “disipan y distraen” de las emociones que van pulsando por surgir”, describe, y apunta que es natural sentir temor por el futuro del hijo lejos de la seguridad del “nido”; y temor asimismo por la nueva etapa a enfrentar. “Es importante que antes del momento de la despedida, papá y mamá conecten con sus emociones y sentimientos y los pongan en palabras. Expresar los acontecimientos que transitamos en las distintas etapas vitales es necesario para ser conscientes de nuestras vivencias y prevenir sintomatologías que de otra manera nuestro cuerpo expresará”.
Después
El avión partió. ¿Y ahora? ¿Qué hacer con ese hueco que queda en nuestra vida? “Tras la despedida es posible que los padres se encuentren con la vivencia del nido vacío. Éste es el momento de iniciar una nueva etapa de reencuentro con el tiempo propio y los proyectos personales. ¿Dónde estuvo el foco de nuestro proyecto personal? ¿Qué proyecto de familia tuvimos mientras los hijos crecieron? ¿Qué expectativas teníamos en relación a ese hijo? ¿Qué resta aún transitar en cuanto a nuestros deseos personales?”, son algunas reflexiones que nos propone la psicóloga.
“Para una mujer que dedicó su vida solamente a la maternidad las respuestas serán distintas de las de quien además de ser madre concretó proyectos propios”, dice Altamira,y remarca que, tecnología mediante, es fundamental buscar nuevas maneras de comunicación. “Hoy hay audios, videos y mensajes que favorecen una comunicación más fluida.
Hay familias que celebran cumpleaños o festividades con pantallas encendidas sobre la mesa. No es lo mismo, pero son herramientas que irán ayudando a que cada uno desarrolle sus recursos internos para transitar la distancia”. Finalmente puntualiza que a veces puede ser necesario buscar contención y acompañamiento profesional a fin de revisar el camino recorrido y desarrollar o descubrir nuestras potencialidades para re-significar el nuevo modo de funcionamiento familiar y personal.
¿Cuántas cosas no hicimos por temor al fracaso?
En una gran mayoría los argentinos somos descendientes de inmigrantes. Pero cuando nos toca en carne propia…
Claudia R. (73) tiene a dos de sus tres hijos a 12.000 kilómetros. ¿Cómo se siente después de casi 30 de su partida? “Creo que venimos con la cultura del sufrimiento incorporada y no vemos para qué estamos en esta vida. Hay que crecer y entender que cada uno tiene que hacer lo que necesita para su vida; nadie más te lo va a hacer. No justifico ser infeliz porque pasen cosas normales como que tus hijos se vayan de tu casa o de tu lado; o que estén lejos”.
Inés C. (61), con un hijo y 3 nietos en Brasil, reflexiona: “Difícil poner en palabras el sentimiento de la ausencia de un hijo... Traté de hacerme la superada pensando que son hijos de la vida, que hay que darles alas… pero desearía tenerlo cerca. Primero intenté disuadirlo. Me contestó: No quiero llegar a viejo sin intentar esta aventura. Me dejó sin argumentos. Pienso: ¿cuántas cosas no hicimos nosotros por temor al fracaso? De todos modos veo que está bien; haciendo su destino; disfrutando. Así que se trata de enseñarles a volar. Nos amamos profundamente y contra eso no hay distancia: te abrazás y el tiempo no existe”.
¿Cómo encarar la nueva etapa? Claudia es categórica: “Creo que la partida de los hijos tiene que darnos fuerza para crecer como personas y disfrutar el corto tiempo de la vida. Si uno busca en su interior siempre hay algo que hacer para sentirse bien. Pero -advierte- para eso hay que crecer interiormente y sacarse el chip que traemos culturalmente incorporado de que los hijos «tienen» que estar al lado nuestro”.
La Lic. Sol Altamira recomienda: “El cuerpo grita lo que la boca calla. Por tanto es fundamental expresar lo que sentimos: al hijo que parte, a la pareja para acompañarse en el proceso, o a algún familiar o amigo significativos”.
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Cuando los hijos se van a vivir a otro país
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ResponderEliminarYo tengo 73 y mi marido 75. Emigraron mis 2 hijos, todo bien, pero ahora que empezamos a transitar la vejez, estamos solos y que pasara si necesitamos ayuda en algun momento digamos por la salud y no estan para ayudarnos, como yo lo hice por mi mama y papa. Me deprime pensar en esto. Ahora estamos los dos. Pero la vida manda y q pasa si uno se queda solo.No encuentro solucion,me tortura pensar en esto.
ResponderEliminarEstimada Mirta,yo tengo 53 y probablemente mi hija se vaya de casa el año que viene y quiza muy lejos,el pais tampoco ayuda a quedarse pero aunque asi fuera yo me quede cuidando de mis padres hasta no hace mucho que fallecio mi madre,sabe cuantas cosas deje de hacer por esa razon?,sabe que cruel es ver envejecer a los padres?debemos ser concientes de que ellos tienen derecho de hacer su vida y nosotros planificar la nuestra para no pasar apuros cuando la fuerza nos abandone (muchas veces es imposible)preferiria tenerla a una distancia cerca pero yo se que pasa,envejecemos y nos pegoteamos a ellos como remoras,lo que termina pasando es que nos culpan de truncarles la vida pero nunca nos lo van a decir,los hijos no son nuestro seguro de vejez,quiza encuentre amigos que puedan cuidarse mutuamente hay mucha gente buena dispuesta porque tambien tienen miedos,no se torture,trate de ser feliz sabiendo que crio hijos capaces de vivir y hacer sus vidas solos y se lo digo con todo el dolor del mundo de saber que pronto voy a estar en esa situacion,le envio un abrazo y el deseo que puedan acostumbrarse y confiar en el destino
EliminarNo me veo sola ya el último nieto también se me va tengo cuatro hijos y cinco nietos todos fuera de esta Venezuela que hizo que mis hijos todos profesionales se fueran bueno quedaríamos mi esposo y yo solos en una casa tan grande ayúdenme ustedes a aceptar que esa es la ley de la vida claro que sí savia que algún día se casarían y se fueran de la casa pero nunca pence que fuera tan lejos que hacer para ser feliz sin mis hijos y nietos tan lejos
EliminarDebes buscar la manera de irse también donde estan ellos, ahora si prefiere quedarse solos es su decisión, pero nobes justo que después que dieron toda su vida por ellos, quedarse alejados y solos, es injusto, ver como envejecen y nadie los cuide. Los hijos tienen deberes con los padres, y hay que aclararselos. Vendan sus bienes , busquen donde quedarse donde estan ellos, y busquen empleos o hagan su propia empresa, todos pueden hacerlo y sobreviven, a demás estarán al lado de los nietos.
EliminarMe gusto el artículo, sería bueno realizar el siguiente,averiguando las causas de porque los hijos se van al extranjero, tendrá una razón psicológica que se pueda generalizar? Gracias
ResponderEliminarMi comentario es el anterior me llamo Sheyla Talavera ,disculpe
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