“Hoje o céu é pesado como a idéia de nunca chegar a um porto…” de Hora Absurda”.
Fernando Pessoa. (1)El poeta portugués Fernando Pessoa fue él y fue otros a la vez. Creó los Heterónimos. Como Alexander Search y tres que adquirieron más conocimiento: Alberto Caeiro, Ricardo Reis y Álvaro de Campos. Bien decía Walt Whitman: “… ¿me contradigo?...Soy inmenso, contengo multitudes…”.
Álvaro Campos (es decir Pessoa) escribe en Lisbon Revisited: “Por la nocturna conciencia de la inconsciencia de los cuerpos, / Por la gran manta no-cubre-nada de las apariencias, / Por el césped y la hierba de la proliferación de los seres, / Por la neblina atómica de las cosas, / Por la paredes remolineantes / Del vacío dinámico del mundo…
En esa Lisboa revisada. En este mundo revisado, la democracia se pregunta a sí misma (ante lo que estamos viviendo y vivenciando) de aquello que los griegos tuvieron en cuenta, allá por los albores de la cultura occidental y que tan distorsionada está hoy esta palabra. La usan unos, la usan otros y parece ser revisitada permanentemente y termina siempre vapuleada, para darle significados diversos. Como en el tango Cambalache: “…Todo es igual, nada es mejor…”

La democracia necesita de las opiniones diversas para fortalecerse. Cuando esas opiniones son reemplazadas por escuetos mensajes circulatorios en millones de aparatos (la mentira como verdad-fake news) va dando lugar a un sin-sentido y se apodera una sensación de lejanías, de desinterés, hay algo denso que está, que se instala como percepción de desesperanzas. Lo escribió en parte de sus poemas Pessoa, es como que: “Hoy, el cielo es pesado como la idea de nunca llegar a un puerto…” (1).

En esa feria de vanidades que son nuestros egos humanos, no se aceptan las diferencias que enriquecen, y se selecciona creer en aquello que simplifica, quita de responsabilidades sociales y se deposita la culpa siempre en el otro/a. Porque siempre nos hemos sentido,… ¿Cómo?: “Ahhh, Yo…Argentino”… expresión que descarga toda responsabilidad como ciudadano, para depositarla en los demás.
Final. En este tiempo de virtualidades recuerdo al escritor estadounidense Samuel Langhorne Clemens (1835-1910) más conocido como Mark Twain, (Las aventuras de Tom Sawyer - Las aventuras de Huckleberry Finn) quien dijo: “Es más fácil engañar a la gente, que convencerlos de que han sido engañados”.
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