El pasado jueves 23 de mayo, dentro del marco de la Feria Vidx 2013, que tuvo lugar en el Quorum hotel de la Ciudad de Córdoba, se presentó el libro “Vinos de Córdoba, el terruño jesuita”, escrito por Esteban Papalini. A través de sus páginas se resalta la importancia de la vitivinicultura en la Provincia de Córdoba.
Córdoba abunda en buenos vinos. Por eso había una necesidad de un libro dedicado exclusivamente a la enología cordobesa. Una guía indispensable para redescubrir esta provincia multifacética como un territorio de vinos. Siempre lo fue, su pasado colonial y las bodegas centenarias que siguen funcionando dan muestra de ello.
El autor repasa la historia del vino cordobés pero su intención es llegar a la actualidad. Describir un presente donde hay mucho más de lo que uno se imagina.
En las páginas del libro “Vinos de Córdoba, el terruño jesuita” se exponen 17 establecimientos, desde las bodegas más tradicionales hasta las nuevas y pequeñas tipo boutique. Hay una gran cantidad de vinos, la mayoría desconocidos para el gran público pero cuyas producciones nacen y se agotan en pocos meses. Se habla de sus champagnes, sus vinos rosados y las distintas regiones de cultivo de la vid. Se revalorizan los vinos regionales cargados de tradición, al tiempo que se mencionan los nuevos que ganan concursos internacionales.
Su autor, Esteban Papalini, nació en Córdoba en 1972. Cursó la Licenciatura en Administración en la UNC y en España obtuvo un MBA y la Suficiencia Investigadora en la Universidad Pública de Granada.
En la finca familiar de Colonia Caroya, produce sus vinos Vittorio Papalini con una enología artesanal y localista. Es Gerente del Consorcio Vitivinícola “Terruño Córdoba” y colaborador del Ministerio de Agricultura de la Provincia. Participa además, de numerosos proyectos y actividades asociados a los vinos de Córdoba. Actualmente, también asesora a bodegas Nanini.
El mencionado libro ubica a Córdoba como un territorio vitivinícola cada día tenido más en cuenta, para devolverle el sitial que nunca debió perder: Ser la cuna de vitivinicultura de América.
Una larga tradición en Córdoba
Documentos que conserva la Academia Nacional de Historia coinciden en que el Lagrimilla (un blanco elaborado a partir del mosto de 48 mil cepas de cultivos propios) fue el primer vino en llegar desde América a la Corte española.
En los comienzos, el vino se preparaba de manera artesanal. Se prensaban los sarmientos con las uvas en trapiches elementales o directamente se pisoteaban en botas de cuero vacuno. El estacionamiento se hacía en tinajas de barro cocido y el mosto se fermentaba en grandes tinas.
En la Estancia Jesús María, los lagares y la bodega se construyeron entre 1733 y 1745. A comienzo del siglo 18, la finca de la Compañía de Jesús producía unos 12 mil litros de vino.
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