
El Día del Periodista adquiere hoy muchísimos significados -a nivel personal y con simples palabras- por el contexto en el que estamos. El avance hacia una nueva ley de medios ha cambiado el escenario periodístico.
El debate público, la puesta en escena, desenmascarar un monopolio, ponerlo en el ojo de la gente, ha sido para mí lo más importante en un gobierno democrático.
La ley de medios permitirá, si se aplica, un gran avance dentro de la esfera civil. Más voces, más espacios de participación, lo que significa también una oportunidad para la nueva generación de periodistas en un suceso histórico de crecimiento dentro de la comunicación.
Una deuda pendiente, que implica mayor compromiso con la sociedad y con nosotros mismos en la actividad. Actualmente nuestro trabajo -y hablo por el interior- las condiciones son notoriamente precarias, las oportunidades no existen, por lo que también es difícil tomar conciencia sobre nuestros derechos como trabajadores de prensa.
La nueva ley de medios no es garantía de libertad de prensa, pero habría una mejor distribución de empresas y, por ende, una ventaja provechosa para la libertad de expresión. El periodista de hoy no es objetivo, es objeto de un sistema único. Si la nueva ley de medios rigiera, el periodista estaría sujeto a ser SUJETO.
Publicado en: www.prensared.com.ar
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